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COSOBERANIA PARA OLIVENZA

Cosoberania

Autonomía Como Garante de Prosperidad

  

Pretendemos crear la Región Autónoma Especial de Olivenza en el ámbito de un sistema de cosoberania de los Estados español y portugués. La nueva entidad autónoma será dotada de una amplia autonomía legislativa, administrativa y política.

Su financiación resultará de las recetas propias generadas, aumentadas de las transferencias presupuestarias a efectuar por los dos Estados Ibéricos y por la Unión Europea.

 Las remuneraciones públicas y privadas tendrán como referencia obligatoria a del Estado que posea los valores de referencia más altos.

 La nueva entidad autónoma tendrá, como lenguas oficiales, el español y el portugués. Aún en ese ámbito, los oliventinos tendrán derecho a la doble nacionalidad o podrán mantener sólo una de las nacionalidades.

 Esta propuesta de autonomía surge del reconocimiento de las características únicas que posee la historia, la cultura y la sociedad oliventina. Además de eso, este nuevo estatuto permite a los dos Estados Ibéricos concluir, en definitivo, lo diferendo que los opone acerca de la soberanía en Olivenza.

 Concebimos la futura Región Autónoma Especial de Olivenza como un espacio político de referencia en lo que concierne a la garantía de las libertades públicas, a la transparencia del sistema democrático de gobierno, a la valorización de la pluralidad cultural, a la justicia social, a la tolerancia y a la prosecución de una sociedad próspera y solidaria.

 Dotada de una amplia autonomía política y de instrumentos de intervención económica inmensamente superiores a los que dispone actualmente, mientras mero municipio periférico extremeño, Olivenza tendrá una enorme margen de progresión, en todos los dominios. Creemos, con enorme convicción, que este proyecto es lo que asegura mejores horizontes de adelanto y bienestar a la población oliventina, en particular a nuestros jóvenes.

 Obtenido el reconocimiento de la especificidad cultural y política de Olivenza, la escala de nuestra ambición pasa por asegurar todos los instrumentos de administración e infraestructuras que permitan la afirmación de la autonomía oliventina en las áreas política, cultural y económica.

 La lucha política y social por la conquista del reconocimiento de nuestra autonomía será, así, el punto fundamental de nuestra actividad.

Autonomía y Cosoberania para Olivenza

La llamada “Cuestión de Olivenza” es un tema que en España y Portugal es difícil de discutir sin caerse en las mallas del jocoso, del mesiánico o de la exaltación patriótica.

Ahorrando a los lectores los pormenores de la discusión histórica en que este asunto está sumergido, diré sólo que Portugal no reconoce la ocupación española de Olivenza (1801). Son diversos los argumentos utilizados, pero las deliberaciones del Congreso de Viena (1815), que reconocen la justeza de la reclamación portuguesa sobre el territorio y conciben mecanismos para su devolución Portugal, poseen una importancia crucial.

Actualmente, la definición Constitucional del territorio portugués continúa, explícitamente, a integrar el territorio de Olivenza: “Portugal integra el territorio históricamente definido en el continente europeo y en los archipiélagos de las Azores y de la Madera.”

Esta cuestión territorial está lejos de estar agotada, como bien reconoce Máximo Cajal, antiguo Cónsul de España en Lisboa, en su reciente libro: “ Ceuta, Melilla, Olivenza y Gibraltar ¿dónde acaba España?” Dice el diplomático español: “Más discreta, la reivindicación portuguesa de Olivenza está siempre ahí; herida que el tiempo no cicatrizó … Madrid debe dar el primer paso. Ofrecer a Lisboa una fórmula que también reconozca la evidente lusitanidade de Olivenza.”

 Tiene razón Máximo Cajal. Importa, sin embargo, para una visión realista y justa de la cuestión, reconocer que la población oliventina junta hoy al sustrato portugués una gran influencia y un natural aprecio por la cultura española.

Por otro lado, los oliventinos tienen conciencia del mucho que los une Portugal y de las ventajas que el futuro les puede reservar en el actual cuadro de intensa y creciente cooperación entre Portugal y España. Olivenza tiene todo – historia, afectividad, bilingüismo, localización y dimensión simbólica – para ocupar un lugar nuclear en el nuevo escenario Peninsular.

Fue teniendo en cuenta este contexto de las relaciones ibéricas que propusimos la creación de la Euroregión Autónoma Especial de Olivenza. En esta nueva entidad, dotada de amplia autonomía política, Portugal y España dividirían la administración y la soberanía. Los ciudadanos del territorio tendrían derecho a la doble nacionalidad y el bilingüismo tendría carácter oficial.

 La Región centraría su estrategia de desarrollo en la cooperación Peninsular y Europea (mientras referencia y vanguardia de los instrumentos de cooperación transnacionales europeos).

De hecho, varias fuerzas políticas y académicas de Badajoz, incluyendo el aún Presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, defienden la construcción de entidades binacionais como la Eurocidade Elvas-Badajoz (que implicará la adopción del portugués y del español como lenguas oficiales y de un Plano Director Municipal integrado).

¿Si Badajoz defiende estas políticas de cooperación e integración con gran visión estratégica (en el sentido de proyectar la Ciudad como polo hegemónico de todo el Suroeste Peninsular), que razón obliga Olivenza a contentarse con un futuro de simple ciudad dormitorio de la gran urbe vecina?

 Fue esta coyuntura de cooperación y el reconocimiento de las enormes ventajas que tendría para el territorio oliventino un estatuto político con estas características, que atrajo sectores importantes de la población de la ciudad para la defensa de esta estrategia de conexión simultanea a España y Portugal.

Ver la ciudad vecina de Badajoz – que nunca estuvo integrada en el territorio portugués – defender un proyecto que apuesta en el enorme potencial de las relaciones ibéricas y adoptar un discurso que valora su “especial” conexión a Portugal fue un hecho que derrumbó muchas resistencias al proyecto.

Las perspectivas son, de hecho, muy optimistas. A partir de ahora lo que esperamos es que otras entidades políticas, económicas y sociales portuguesas, españolas y oliventinas  puedan participar – sin dogmatismos – en esta ventana de oportunidad y diálogo en el ámbito de la cuestión “oliventina”.